lunes, 2 de enero de 2017

Titanic, la última gran película de ciencia ficción del Siglo XX



Revisitar un clásico como Titanic puede ser una experiencia similar a las que nos ofrecía hace unos años atrás –cuando éramos unos niños que corríamos como locos en los pasillos de la escuela-, los libros de “Elige tu propia aventura”, sobre todo en las múltiples interpretaciones o variaciones que habilita la propia película a medida que se desarrolla la trama y se complejizan las acciones de los personajes y el inminente final con la catástrofe. Pero, ¿Titanic tiene un final literal y ajustado al relato documental o en realidad es el choque de dos universos paralelos que se funden en un mismo tiempo y espacio y eso es lo que hace que solo uno de los personajes (por ende, uno de los universos posibles) sobreviva? Nos inclinamos más por la segunda teoría, y es la que pasaremos a profundizar en las próximas líneas.

Elige tu propio Titanic
El estreno de Titanic fue anunciado como una de las mega producciones de Hollywood de finales de siglo, y realmente, esta aseveración es acertada. Si uno se detiene a observar minuciosamente en las condiciones que se filmó la película (hay documentales que atestiguan este argumento), hay situaciones de riesgo por la que tuvieron que pasar tanto actores como el director, James Cameron. El resultado definitivo fue magnifico no solo en el nivel de algunas escenas sino también en lo dinámico que se vuelve el guión cuando va y viene constantemente de 1996, año en el que se ubica el relato de una Rose de 101 años, donde recuerda los acontecimientos con una precisión y una nostalgia que logra poner piel de gallina a cualquier mortal, y con esos cambios de ritmo cuando nos adentramos en la aventura de amor clandestina entre los jóvenes Jack y Rose en 1912  en su primera y única noche de romance. Allí también hay una pista, ya que el tiempo parece no tener límites y perdemos la conciencia si todos los acontecimientos pasan en una noche ya que la acción nos choca de frente. El desenlace fatal es uno de los más recordados y parodiados del cine. ¿Jack entraba en la tabla que oficiaba de bote salvavidas? ¿Jack quería salvarse? ¿Tenía una afición suicida por la vida? ¿El ser un joven sin pasado (en ningún momento de la película le cuenta sobre su vida a Rose), lo vuelve un desconocido o lo presenta ya como un fantasma en un universo al que no pertenece y por ende su muerte es ofrecida en sacrificio para que Rose se salve y pueda narrar la historia que se nos presenta frente a nuestros ojos? Todas estas preguntas tienen respuesta, y para eso debemos ir a una de las fuentes fundamentales de la ciencia ficción.

Las huellas de Asimov
Isaac Asimov es una de las referencias literarias y experimentales del género de ciencia ficción que más influyó a las obras que le siguieron después de la segunda parte del Siglo XX. Para iniciarse en el universo Asimov recomendamos la lectura del cuento “La última pregunta”, que es justamente el texto que utilizaremos como disparador de otras lecturas posibles que nos ofrece Titanic como una obra que le hace honor al género del cuál Asimov es uno de los que rompe con muchas estructuras anteriores y dándole vital importancia a lo cibernético.
En el cuento mencionado, Asimov hace un recorrido de las distintas etapas históricas de la humanidad y como el paso entre una época se da a través de una última pregunta formulada hacía una computadora. Las preguntas que realizan los seres humanos tienen que ver con problemáticas filosóficas y éticas, y en todos los casos, la contestación de la máquina siempre es la misma: “Aún no hay datos suficientes para una respuesta específica".
Tanto en el texto de Asimov como en los acontecimientos que terminan con el sacrificio máximo de Jack para que Rose sobreviva y pueda narrar lo sucedido, presenciamos un desprendimiento por más de generoso hacía la mujer que había conocido hace pocas horas y que había amado en forma intensa, podemos observar como el tiempo es arena que se escapa por los costados de un puño cerrado. Jack ya conocía a Rose antes de subirse a ese último viaje. Habían estado juntos en una etapa anterior de la humanidad pero Rose no lo recuerda. Jack viaja a través del tiempo y el espacio para rescatarla del naufragio. ¿Cómo logra traspasar de su universo al presente de Rose? La computadora, así y todo, es infalible: aún no hay datos suficientes para una respuesta específica. He allí la magia de la ciencia ficción.

El sacrificio del héroe: Jack el Viajero del Tiempo
El tiempo y el espacio no son nada y la experiencia de los hombres y mujeres parecen no tener ninguna consecuencia en el futuro, sin embargo, es precisamente el último acto de heroísmo y de entrega sin esperar nada a cambio el que viene a romper esa idea de relatividad para ofrecernos la posibilidad de habitar un mundo lleno de magia, y en el cuál el personaje que se sacrifica para que otro viva no podrá ver como la vieja idea muere con él pero renace con el otro al que salvó, y en el caso de Titanic, resignar una vida junto a la mujer que ama para ella pueda tener una segunda oportunidad, por ende, una nueva pregunta. Vaya paradoja si también intentamos pensarlo en términos solidarios y políticos.
Jack se transforma así en un Viajero del Tiempo que irrumpe en la vida de Rose no solo para mostrarle la magia que hay hasta en el hueco más ínfimo del mundo  y hacerla vivir instantes de felicidad, diversión y romance, sino también para salvar su vida y con ella la continuidad del mundo de Rose y las cosas que la rodean. Quizás la experiencia del Titanic haya sido para ambos el fin-inicio y el inicio-fin de un nuevo tiempo, y de alguna manera la respuesta de las máquinas de Asimov se responde a través del sacrificio supremo del héroe. O tal vez algo aún mejor: creer que Jack era la respuesta que esperaba Rose en su viaje trágico por el Titanic.
A veces las preguntas no tienen por qué tener una respuesta obligada, pero sí esas preguntas pueden modificar el futuro o al menos, abrir un portal que nos conecte con otras miradas alternativas y así empezar a plasmar un mundo distinto. Después de todo la ciencia ficción es otra forma de entender la realidad de una manera dinámica. Por eso debemos llenar el mundo de preguntas y ante la respuesta de la máquina, salir a construir el nuevo mundo. ¿Quién dijo que Titanic era solo una película romántica más?.